martes, 20 de abril de 2010

Alicia en el País de las Maravillas


Ya era hora de que dedicara un hueco a comentar lo que se ha convertido en uno de los grandes fiascos de 2010. A la salida del cine la opinión era bastante unánime dentro del grupo: Tim Burton no tiene ni puta idea de lo que ha hecho aquí.

Comenzaré hablando de la adaptación del la novela. Y puedo ser breve. Ya iba con preaviso de que la adaptación era un tanto libre respecto al original de Carroll. Libre, sin embargo, es un eufemismo para el desastre que se ha cometido en el guión.

He de confesar de antemano que Alicia en el País de las Maravillas y su continuación, A través del espejo son uno(s) de mis libros favoritos y los he leído mil y una veces. Conozco de memoria todas y cada una de las historias y he estudiado sus personajes desde todos los puntos de vista posibles. El más importante: el del lenguaje.

Tim Burton ha tomado su propia historia y ha seleccionado del libro a una serie de personajes que él pudiera reconvertir a su antojo en una serie de esperpentos excéntricos. Han perdido su esencia original y de ellos no ha quedado más que el nombre. Y no digamos los nuevos sacados de la manga y las fusiones extrañas, como la Reina de Corazones+Duquesa+Reina Roja que encarna Helena Bonham Carter. En definitiva, coges un cojín, le pones velas y lo quieres vender como un pastel. La "Alicia" de Burton es pura campaña de marketing y oportunismo.

Resignándome al poco tiempo e intentando sobreponerme del cabreo, me olvido del original e intento centrame en lo que estoy viendo. Y me doy me doy cuenta de que la historia en sí tampoco merece la pena. El guión es de lo más simple que se pueda echar uno encima. Literalmente, corresponde con los apuntes que cogí el primer día de clase de Guión Básico: El viaje del héroe, tal cual copiado y pegado. Competimos, por lo tanto, a nivel de principiante.

Las interpretaciones no están mal por parte de Johnny Depp (protagonista, según marketing) y Helena Bonham Carter, pero parecen dos actores decididos a suicidarse profesionalmente. No se apartan ni un ápice de su habitual papel de excéntrico histriónico y loca psicópata respectivamente. Y Helena, todo hay que decirlo, da muchísimo más la talla en su papel como Bellatrix Lestrange en la saga de Harry Potter. Mia Wasikowska, por su parte, es bastante sosa, y el papel de Anne Hathaway tampoco da para mucho.

Vamos, pues, a la dirección artística. Al fin y al cabo, lo que últimamente viene siendo Tim Burton. Aquí he de anotarle dos puntos. Su visión estética del País de las Maravillas me fascinó, así como los modelitos que va luciendo Alicia a lo largo de la historia. Una vez más, un recubrimiento exquisito para algo insulso y vacío.

Por último, he de añadir que el 3D funciona una vez más como sustitutivo de un buen guión para embobar al espectador, en lugar de servir como apoyo a los elementos tradicionales. Sigue siendo muy mejorable y un mero instrumento de marketing. Y tengo la certeza de que lo seguirá siendo.

Alice in Wonderland demuestra, una vez más, que Tim Burton es un director acabado. Reconozco que me encantan sus primeras películas. Pero es de éstos que en su día encontraron una receta para el éxito que funcionaba y no se atreven a arriesgarse con nada nuevo. Sin embargo, sigue dando mucho dinero, y seguirá repitiéndose una y otra vez. Por mi parte sólo puedo decir: "¡Que le corten la cabeza!"